martes, 2 de octubre de 2012

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No te conozco lo suficiente como para decirte si eres un ángel o el diablo, pero me gustas mucho, ¿sabes? No sé si hasta el puto infinito o la vuelta de la esquina, pero día a día soy un poco más feliz viendo tu melenea larga por el mismo suelo que lo hago yo, y tengo que dar gracias a la vida por ello.
Y sí, soy un puto cagado por no decírtelo a la frente, pero es que juro que te veo reír y ya entiendo por qué después de la tormenta llega la calma, y es que TÚ eres la calma.


Mientras tú estás a mis espaldas, con tu sonrisa imborrable, yo me muero de ganas por acariciar tus labios con los míos. Que mi vida es una puta mierda pero tú eres una medicina, una droga que me hace sentir mejor. Y que a mí me encanta tu pelo cuando brilla porque me recuerda al sol cuando despierta todas las mañanas, y levantarse viendo el sol nacer para luego verte a ti es algo que enamora. Y que cuando tengo ganas de hacerme daño y me dedicas una mirada, escondo las lágrimas de mis ojos marrones y me esfuerzo en intentar hacerte reír.


Que sí, que tías habrá muchas, pero es que cuando conoce a alguien como tú, es fácil decirlo, hasta que te pones en el pellejo del otro. Y que cuando uno cierra los ojos, es para soñar con cosas bonitas, y yo, con quien sueño, es contigo, pero no planto una mala cara cuando me tengo que despertar, porque sé que en un rato te veré a ti en vivo y en directo.


Esto quizás es lo más patético que hayas leído en la vida, cursiladas que te harán reírte, pero los sentimientos, si se mantienen encerrados en ese cajón de recuerdos que llamamos corazón, acaban haciendonos sentir pena, y yo, aunque quede ridículo, quiero decirte, que me gustas, que no sé si es un capricho pasajero, pero te veo y los ojos se me van hacia ti como un coche teledirigido, como la lluvia abre su paracaídas y cae en el paragüas los días de tormenta.
"y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre."

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