«Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: “hazla tuya para siempre”».
El verbo desaparecer, en la segunda de sus acepciones en el diccionario, habla de "dejar de existir." Además de ello, cuenta con innumerables sinónimos que dan a entender numerosas interpretaciones llenas de connotaciones, de mayor parte connotaciones negativas, de esas de "mirar la botella medio vacía."
Algo que me sorprende bastante de este verano, es el poco calor que hace. Me explico, es el verano más frío desde hace más de 150 años, y las olas de calor se pueden contar con los dedos de las manos. Este frío, lo estoy notando sobretodo, interiormente. Y creo que para explicar esta frialdad personal, creo que habría que explicar un par de cosas sobre mí:
-Hace once meses me mudé con mi padre, y mi hermana. En esa época mis tareas del hogar eran bastantes reducidas, limitadas básicamente a fregar a veces. Hace unos cinco meses, mi hermana se fue a vivir con mi madre, y entonces mis tareas del hogar se ampliaron gigantemente. Ya no sólo era fregar, sino también limpiar, cocinar, recoger, o tender la ropa, además de estar muchas tardes, y noches sólo. Mi padre, a su vez, vive a medias entre aquí con nosotros, y en la casa de su novia. Muchas veces, cada vez que hablo con mi padre, es para encomendarme alguna tarea. Apenas me pregunta un "¿qué tal estás?" o "¿estás bien?", y cada vez que lo hace, se nota que lo hace por quedar bien, ya que se nota que lo pregunta sin tener ningún tipo de emoción en mi respuesta. Tengo dieciocho años y ya casi vivo solo. Es cierto que muchas veces voy a casa de mi madre buscando un poco de cariño, pero no vale de nada. Ya que aunque siempre me reciban con los brazos abiertos, me siento muy solo.

-Hace un año conocí por chat a una chica de Madrid. Hablábamos a veces por ese chat hasta que desapareció durante varios meses de mi vida. Hace cuatro meses apróximadamente, volví a hablar con ella y fuimos a más, llegando al punto de darnos los números nuestros, hablar por móvil incluso. No estoy seguro de decir esto, pero creo que me enamoré de ella de verdad, por primera vez. Hemos discutido una y otra vez, y también nos hemos reconciliado muchas veces. Hace días, y semanas, dejé de sentir lo que sentía. Directamente ni sentí. Ella era casi mi única droga de autoestima. Y creo que mis problemas también la afectaron respecto a ella. Incluso cuando hablaba con ella, me sentí solo. Ella vale mucho, incluso puede ser precisamente una de las mejores personas que pueda conocer uno. Y sé que ella leerá esto, y quiero que sepa que no tiene por qué sentirse culpable, simplemente, mi fuego por vivir se lo llevó el viento, y sólo quedan cenizas que lloran a veces en silencio.
-Y por si no fuera poco, apenas salgo para algo que no sea relacionado con la compra u otro tipo de compromiso rutinario. La última vez que salí por motu propio, y para un fin de disfrutar, fue el 23 de junio, o lo que es lo mismo, dos meses y medio. Es verdad que me paso el día en internet, en chats, y que se conoce a mucha gente, pero ninguna persona termina de ser la pieza del puzle ideal a mí.
El panorama es desolador, y queda menos de un mes para que comience el Bachillerato. No sé dónde va a parar toda esta situación, pero sé que no voy a ser capaz de detenerla, ya que siempre callo, y por decirlo de alguna manera, ofrezco dos versiones de mí: por un lado, una en la que soy yo, mostrando todo este frío, y toda esta soledad que siento, mientras la versión opuesta ofrezco una cara maquillada, que quiere ocultar los problemas, la baja autoestima.
*Los dos primeros párrafos pertenecen a la película Remember me (Recuérdame), la cuál me ha hecho inspirarme para terminar de convencerme y escribir esto.*
No hay comentarios:
Publicar un comentario