martes, 16 de abril de 2013

Te quiero's de mierda.


Como persona, tengo muchos defectos y pocas virtudes. Una de ellas, es que cuando quiero a alguien, la quiero a morir. A pesar de sus momentos infantiles, y cabezotas, a pesar de que yo no sea el destino receptor de sus sentimientos.

Me encanta hacerla sonreír porque sé que solo lo hace en momentos limitados. Y verla morderse el labio durante los exámenes de Historia, o ver como sale una espléndida luna llena cuando pierde su mirada a través de su madurez.

Soy una persona de pocas palabras, pero tengo que reconocer que cuando suspira, se me ocurren millones de adjetivos para definirla a ella y sus complementos: sus pequeños, el alargado pelo largo moreno que le caracteriza, sus tremendas piernas, etcétera.

Además de todo ello, tengo un gran nivel de ansiedad, que ella tiene el Don de parar con un suspiro, un abrazo, una palabra con solo dos vocales: tranquilidad. Y casualidad o no, el corazón se contrae, relajándose  a la vez que mientras mis impulsos desean besarla, la realidad es que nuestros cuerpos se retroceden, arrastrados por el aire. Con lo bien que se está abrazado con ella, que parece que el mundo no se acaba jamás. 

Como dije al principio, cuando digo "te quiero" es "te quiero", por encima de quien haga falta, inclusive yo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario