domingo, 16 de junio de 2013

Soñando, y superándome con los ojos abiertos.

Artur Kasprzak era un policía de 28 años que en el mes de octubre de 2.012, murió, y a pesar de ello, fue considerado como un ejemplo de superación total. En octubre de dicho año, el huracán Sandy arrasó varios países caribeños llevándose consigo a 113 personas, antes de llegar a EE.UU. Kasprzak antes de morir, logró salvar la vida de seis personas, incluidas las de su propio padre y la de su pequeño bebé de 15 meses.

Oscar Pistorius es un atleta que perdió la parte inferior de sus piernas a los 11 meses, como consecuencia de una enfermedad. Logró el milagro de conseguir unas piernas, que aunque no fueran las suyas, le llevó a plantearle al TAS que pudiera competir en los JJOO de Londres 2.012, cuando él sólo podía disputar los Paralímpicos. Aunque logró disputar los JJOO, y no consiguió ninguna medalla, logró el respeto de todos, y  alcanzó las semifinales de 400 metros y la final de 4 x 100 metros por relevos.

Manolo Preciado, es un entrenador de fútbol que aunque murió a causa de un infarto el pasado verano, guardó un recuerdo enorme en el fondo de aquellos que conocíamos su historia por todo el drama familiar que tuvo. En 2.002, su mujer, la cual tenía cáncer de piel, falleció por dicho cáncer; dos años después, en 2.004, su hijo de quince años murió a causa de un accidente de moto, mientras que en 2.010, falleció su padre atropellado por el vehículo sin batería que intentaba empujar en una rampa. Una de las frases más célebres que ha dejado ha sido esta: «La vida me ha golpeado fuerte. Podría haberme hecho vulnerable y acabar pegándome un tiro, o podría mirar al cielo y crecer. Prefiero la segunda opción»


Y ahora, yo. No, ni he salvado vidas, ni he alcanzado la gloria a pesar de que me hayan amputado nada. Pero después de seis años, me gradúo. Es algo que ya ni veía posible, que ya lo veía demasiado grande para mí. Porque la verdad es que he sufrido mucho, he recibido muchos palos y quizás muy pocos ánimos para conseguirlo. De hecho, algo que valoro de forma muy positivo de esto, es que lo he hecho por mí solo, ya que casi nunca me he sentido arropado por mi entorno. Y porque muchos se han reído de que haya repetido dos veces. Muchos, demasiados, se han reído pero lo que no saben de los estudios, es que lo que importa de todo esto es que lo que importa no es cómo empieza, sino cómo acaba. Y que yo voy a luchar por mi sueño de ser periodista 
hasta el final, aunque haya una imposible posibilidad de ser. Voy a luchar y a dejarme el aliento para conseguirlo.

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