Volver.
Volver siempre es amargo. Volver a casa tras una semana en
la playa. Volver al colegio después de tres meses de verano que se han pasado
en menos de lo que dura un cigarro. Volver además de ser duro, es desagradable.
Volver con una ex. Volver navidad tras navidad a casa de los suegros. Volver
puede ser dulce, pero para volver hemos de ir, y el amargo sabor de ir vence al
de volver. Nos vamos al infierno como castigo de no haber sabido hacer nuestro
trabajo y volvemos para cometer otra vez las mismas tonterías. Por eso hay
gente que tiene que volver a la autoescuela a volver a sacarse el carné, al
pasado triste para salir adelante. A veces no queremos volver, pero si vamos de
copilotos no nos vamos a tirar por la ventana en mitad del desierto, supongo.
Volver es complicado, nunca somos capaces de volver solos.
Si hay algo que nos hace imperfectos a los humanos es que las decisiones
fundamentales nunca somos capaces de tomarlas solos. Además volver puede ser
transcendental de cara al futuro, te puede dejar tocado para toda la vida. Por
eso también es peligroso, porque juegas con fuego, y te puedes quemar muy
probablemente. También volver es repetitivo para algunos. Como para los
políticos. Los políticos solo piensan en volver, pero volver a robar mientras
los populistas vienen, y si no triunfan, pues vuelven por donde han venido.
Normalmente, si alguien vuelve es para quedarse, o eso dicen
los que han vivido más que yo, que son unos cuantos. A mí el volver de la gente
me da igual. Me da igual que vuelvas para enamorarme, para hacerme una tortilla
francesa o para deshacer tus maletas de nuevo. Lo que no acepto son las vueltas
por las puertas esas que giran tanto entre las empresas y la política. Tampoco
permito a esa gente con la intención de cambiar todas nuestras maneras
cotidianas para imponer las suyas en dos días. Mi vida es mía, y por muy loco
que esté enamorado de alguien jamás le entregaré completamente mi vida para que
haga y deshaga como se le antoje.
Muchos queremos volver, pero para eso están los recuerdos, porque volver no siempre es bueno.
ResponderEliminarViva tu vida que, como dices, es tuya; y disfrútala.