jueves, 18 de febrero de 2016

Dar que hablar.

Una noticia en las últimas semanas me ha sorprendido mucho. Resulta que en Arabia Saudí han prohibido el ajedrez entre los habitantes sauditas porque lo consideran como algo que no tiene ningún sentido y es más, consigue incitar el odio entre sus habitantes.

Me sorprende más todavía teniendo en cuenta que Arabia Saudí es el mismo país que prohíbe a la mujer conducir, o que encarcela a las féminas si por mera casualidad se les ve un dedo del pie. Tan increíble como cierto. Lo más triste es que esto no es algo exclusivo de este país, sino también ocurre en otros lugares parecidos llámese Irán, Israel o Pakistán.

Es curioso que en estos países se considere jugar al ajedrez como algo inútil pero lapidar a la mujer por cualquier cosa sea algo común. O que el ajedrez lo único que consiga sea incitar al odio, pero bombardear sin piedad algún lugar del planeta no lo sea. Supongo personalmente que en estos países prefieren que el niño no aprenda a jugar al ajedrez, ni que vaya a la escuela, pero con doce años sí que sepa aprender a montar un fusil o a tirar una granada,

Esta situación se debe a la expresión que escuché una vez de un padre a una hija: “Dar que hablar”. Que el niño no sea soldado o que la mujer no esté en la casa en estos países es considerado como una pérdida de autoridad por parte del patriarca de la casa. Y el hombre, tan macho y tan dominante, no puede ver peligrar su hegemonía en el hogar.


Los estudios científicos se ratifican en su idea de que el ser humano no utiliza siquiera el diez por ciento de su capacidad cerebral. Es una verdadera lástima que hayan pasado XXI siglos y sigamos siendo realmente tan imbéciles.

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