domingo, 20 de mayo de 2012

puede que sin ti..

Me sobró tiempo para conocerte pero nunca tuve huevos de usar el tiempo para decirte lo estúpido que soy por no decirte lo que siento hasta el día en que te fuiste. Y aquel día que intermedía entre la primavera y el verano, vi como el sol dejó de salir, nublando el cielo que iluminaba la calurosa ciudad.

Mareos, escalofríos, pérdida del apetito vital y alergia al amor son algunos de los principales sintomas que tu marcha me creó. Los amigos, son algo que no pueden sustituirse, pero hay otras cosas que son irremplazables: abrir los ojos y que en mi despertar la primera cosa que mis observadores ojos vean sean tus ojos. Ducharnos juntos y oler ese electrizante gel de baño. Notar como tu perfume consigue ponerme la peil de gallina, al rojo vivo. Decorar tu habitación con pétalos violetas tratando de que te sientas como una princesa de tu propio planeta imaginario.

A lo mejor contigo se fueron mis pocas ganas de vivir, y lo mejor de mi literatura, o lo que es lo mismo, de mis sentimientos de niño pequeño pero dejó de ser tan pequeño a medida de que te tenía cada día al otro lado de la cama. Fui como una botella de agua que permanecía helada. Con el alma en su totalidad congelada, cuando te conocí empecé a darme cuenta de que los sentimientos, como todo en la vida, se acaban derritiendo

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