martes, 8 de mayo de 2012

yo, y mi yo.


La confianza en mi mismo es algo que en mi vida va y viene, o que viene y va. Es un caso especial de relación amor-odio, que llevo manteniendo desde hace muchos años, y que creo que en este momento, ha llegado a un punto donde hay que reflexionar acerca de ella.

Sin embargo, a pesar de que llevo mucho tiempo siendo más maduro de lo que lo es la gente de mi edad, y que vivo siendo yo mismo, no termino nunca de convencerme en que lo que yo me proponga, lo puedo cumplir. De que puedo llegar a ser lo que soñaba desde que tenía cuatro o cinco años.

Al igual que dicen que el propio ser humano es quién tiene el poder de cambiar el mundo, la suerte, la fortuna, o la "potra", es algo que támbien cuenta. Y es que, en los últimos meses, la suerte no me ha acompañado ni me está acompañando para nada. Esto, unido junto a mi escaso optimismo, y los nervios, la ansiedad, el miedo, etc, me está provocando que abandone los sueños por los que peleo.

Dice Maldita Nerea en una canción que solo necesita convencerse, y perder velocidad: yo necesito lo mismo, empezar a creer en mí, convencerme de que esas críticas que me han hecho algunas de las personas que más quiero en mi vida son reales, y no meras cortinas de humo que solo buscan la falsedad. Que tengo magia entre mis manos, entre mis ojos, que escribiendo puedo llegar a ser algo grande, eterno, duradero.

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