viernes, 24 de octubre de 2014

Quelqu'un m'a dit.

-Dime que me quieres.

+Lo siento, pero no me sale.

-¿Quieres que te ayude?

+Por favor.

-Te quiero.

+Te quiero, te quiero, te quiero. Antes te lo decía tartamudeando, pero ahora que me has ayudado no puedo parar ni pararé de decírtelo. Te quiero, y gracias a ello sé que lo que antes era todo un valle de lágrimas, ahora va a ser un refrescante y soleado día de verano.

-Te quiero, como el café y un buen libro quieren a un lluvioso sábado por la tarde. La quieren, la adoran, la besan y la acarician. Te quiero como persona, como novio, como huracán y hasta te quiero como pecado capital.

+Te quiero, y te deseo tanto como los franceses deseaban a la libertad, como la literatura ama a sus poetas. Te necesito como Sevilla a su Giraldillo. Te necesito a ti y a tus manías, a tus piques, a todas esas cosas que te hacen imperfecta perfección.

-Te quiero, y quiero que me digas que no hay nadie más, que este tren solo va de tu corazón a mi alma. Te quiero, y quiero que cada vez que la bella esté medio llena me des un beso, y si está medio vacío me hagas el amor hasta acabarnos la botella y empezarnos una nueva.


+Eres lo más especial que tiene la vida. Eres tan especial, que cuando sonríes, en pleno octubre otoñal, que haces que la primavera renazca, y con ella el azahar, el azahar que también sienten tus mejillas.

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