Hace poco más de una semana
pudimos asistir como De Guindos afirmaba tristemente que él no era el elegido
para ser presidente del Eurogrupo. Para que no sonara tan mala la noticia, su
colega Margallo aseguraba que “España va a
obtener un puesto igual o más importante que la presidencia del
Eurogrupo”.
No hay que tener muchas luces
para darse cuenta que España en Europa no tiene ningún peso a la hora de hablar
de diplomacia. España está en la UE porque hay que ser amables con todos los
países, pero todo el mundo sabe que en realidad España tiene el mismo poder en
ese organismo que Croacia, Eslovenia o Eslovaquia. España es ese conocido tuyo
al que tienes que invitar a tu cumpleaños más por influencia ajena que motu
proprio. Y es que hay gente a quien le duele las verdades totales y dolorosas,
cuando ellos prefieren seguir viviendo en verdades a medias y cuentos de hadas.
Si España no tiene ningún peso
internacionalmente es porque es un país pobre, sin dinero. Aunque en realidad
todo el mundo sabe que España es un país con más dinero de lo que parece, lo
que pasa es que ese dinero está en los bolsillos de unos señores que no
deberían tener el dinero ahí. El estado español no es un estado serio, ya que
es un país que se considera democrático, pero que cada vez apuesta menos por
las empresas públicas y maneja a los medios de comunicación como se les antoja.
Otra verdad a medias es que la
televisión pública del estado español, TVE, es la televisión en la cual
participan más sus ciudadanos, cuando realmente es una televisión en claro
declive, que ha perdido todo el prestigio y los derechos de todos los
acontecimientos importantes que tenía antes, que solamente tiene una audiencia
mayoritaria en el grupo de personas mayores de 65 años, pero se sacan de la
manga el dinero para poder ofrecer una corrida de toros en donde Jesús perdió
la boina, o un partido amistoso sin ningún tipo de sentido y que es una
discriminación absoluta para el resto de entidades deportivas que tienen que
llegar con la soga al cuello todos los meses para pagar a sus empleados. Esto
último me resulta indignante, patético, insultante, penoso, y muchos más
calificativos que no merece la pena usar. Es más propio de una verbena que de un
país,
Para llegar a ser importante e
influyente para el resto lo primero que hace falta es seriedad, esfuerzo y
autocrítica. Y lamentablemente no tenemos ninguna de las tres cosas. Quizás
cuando nos despertemos del sueño y nos quitemos el maquillaje seamos capaces de
ver la triste realidad.
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