viernes, 1 de abril de 2016

Sol.

Siempre se ha dicho que el mejor amigo del hombre es el perro. Una opinión personal que tengo es que el mejor amigo del ser humano es el sol. Sí, esa cosa brillante que está encima de nosotros durante muchos momentos del día.

¿Por qué? Bueno. Lo primero que tengo que decir es que el sol es el mejor amigo que hay. Siempre está hay con nosotros. O casi siempre. Hasta que se va a dormir. Si estuviera más pendientes de sus amigos que de sí mismo, posiblemente sería un mal amigo de sí mismo.

Otro motivo por el que reivindico la amistad con el sol es algo sencillo: siempre está ahí, siempre está callado pero está ahí dispuesto a darte apoyo: haga frío o haga calor. Estés contento o triste, está siempre hay para con sus rayos no dejarte solo. Y todo ello a sabiendas que es nuestro amigo más lejano. No hay nadie que viva más lejos que nosotros. Tan lejos que no podemos abrazarlo, pero él si tiene capacidad de sobra para poder abrazarnos. Abrazarnos tan fuerte que puede hasta perjudicarnos, que puede hasta quemarnos por el ímpetu de sus rayos.

Por ello, nosotros no podemos ir a buscar al sol. Pero el sol viene todas las mañanas a buscarnos a nuestra cama. Hasta los días que llueve, el sol abre la puerta de nuestro cuarto, levanta las persianas y nos da los “buenos días” cual madre o padre con sus hijos ya sean de cinco o de trece años.

Y el sol, nunca, pero nunca nos deja solos. Nos acompaña cuando el frío consigue pintar de nieve la ciudad, cuando nuestro cuerpo tiene una pelea eterna con el calor extremo o cuando hacemos un viaje a cualquier lugar del mundo. Quizás ese sea el mejor motivo que explique por qué es nuestro mejor amigo. Como dice la canción, nunca caminaremos solos, y ese nunca está directamente relacionado con el Lorenzo.



Igualmente, nuestro mejor amigo destaca por su fortaleza. El sol por obligación cuando se cae, consigue levantarse, sí o sí, es capaz de volver, y con más fuerza que nunca. Incluso cuando la tormenta trae la tempestad y golpea al sol, cuando la tormenta se va, ese sol maltratado volverá a traer la paz y la calma dentro de nosotros. 

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