jueves, 7 de abril de 2016

Susanita tiene un ratón.

No me gusta hablar de política. Pero a veces no puedo evitarme porque es que si los políticos meten el cebo yo entro. No me gusta primero porque me incomoda, me parece algo bastante controvertido de lo que hablar. Y luego porque no sé de política, no soy capaz de defenderme con alguien que sepa hablar del tema.

 Susana Díaz Pacheco como todos sabemos es la presidenta de la Junta de Andalucía. Y por lo leído esta semana, parece que también se ha licenciado en Filología Hispánica. A la citada no se le ocurrió otra cosa que en el II Plan de Igualdad de Género en la Educación obligar a que usemos “población andaluza” en vez de “andaluces” y “alumnos y alumnas” en vez de “alumnos”. Primero habría que decirle a la susodicha que la lengua no es algo que tenga sexo, y segundo, que ella está haciendo algo que odiamos los andaluces: que nos obliguen a cambiar nuestra forma de hablar, que nos hagan dejar de ser nosotros mismos.

El tema del feminismo y la igualdad es algo que me llega a cansar hasta parecerme realmente aburrido. Obviamente me parece patética la violencia de género. Es algo muy rastrero. Y también que haya quien no sea capaz de ver que la mujer no es ni mejor ni peor que el hombre. Generalmente en el aspecto físico somos superiores a ellas, y en el aspecto intelectual ellas son mejores que nosotros. Pero hay cosas que ya rozan lo absurdo. Esta medida de la Junta se une a otras como las del ayuntamiento de Valencia de cambiar los símbolos de los semáforos porque es algo “machista”, criticar a Alejandro Sanz por defender a una mujer que estaba siendo agredida en un concierta que sea algo “machista”, que el género neutro del lenguaje sea algo “machista” y haya que usar la “x” y la “e” para referirnos al neutro, son cosas muy exageradas.

Como decía, la propia medida nos obliga a cambiar nuestra forma de hablar y de expresarnos. ¿Qué tiene de malo o de incorrecto hablar como me han enseñado mis padres, y mis abuelos enseñaron a mis padres, y mis bisabuelos a mis abuelos… y así toda la vida? Lo peor no es que te suspendan por hablar así. Lo peor es que da la sensación de que si no hablamos como se propone, ya somos unos machistas.


Ojalá Susana Díaz, que por cierto está más pendiente de Madrid que de la región que preside, hubiera tenido la misma contundencia con los Cursos de Formación y con los ERE que está teniendo con esta medida suya. Quizás ese sea el problema de Susana: por estar a otras cosas, no es capaz de ver que es la máxima representante de una comunidad que lidera el fracaso escolar, y que cuenta con el mayor número de denuncias por violencia machista, o lo más grave: que el himno de su comunidad menciona una de las dos expresiones que quiere prohibir: “andaluces, ¡levantaros!” Ya lo dice la canción: Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario