lunes, 11 de abril de 2016

¿Y si...?

Por fortuna o por desgracia, así eres tú, así soy yo, y en general, así somos todos nosotros. Nos tiramos mucho tiempo de nuestra vida pensando en condicional, pensando en los famosos “¿y si?”: “¿y si llego a tiempo?” “¿y si le pasa algo?” “¿y si Madrid organiza unos JJ.OO?” Pensamos así porque creo que el mejor defecto que podemos tener las personas es la inseguridad. ¿Hay algo que nos haga más imperfectamente perfectos que dudar de algo?

Nos tiramos toda la vida pensando en el condicional, ya sea el primero, el segundo o el tercero, en que va a pasar algo, y lo único que pasa es la vida. Cuando por fin despejamos las dudas del “¿y si?” nos damos cuenta incrédulos y con las manos en la cabeza de que ya estamos pensando en el pasado de ese condicional: “¿y si hubiera llegado a tiempo?” “¿y si le hubiera pasado algo?” “¿y si Madrid hubiera organizado unos JJ.OO?”

Igualmente es comprensible que pensemos así: muchas veces dejamos nuestras decisiones en manos de algo tan arbitrario e imparcial como puede ser el tiempo, siendo ello más peligroso que irte al casino con los ojos vendados y tener que apostar entre rojas y negras. Y el tiempo, igual que la vida y otras tantas cosas, a veces te quita algo merecidamente, y otras veces te da algo sin que hayas hecho ningún mérito para conseguirlo.


Siendo sinceros: nunca vamos a lograr controlar el comportamiento del tiempo. A veces racional, a veces irracional, estamos hablando de algo más caprichoso y juguetón que “La chica de ayer” de Nacha Pop. Por mucho que le digamos que “ahora no podemos jugar”, nuestra cabeza va a estar eternamente dando vueltas y persiguiéndolo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario