Era un partido de empate (y para mí 0-0) obvio, claro. El que no lo quiera ver
es que vio otro partido. La diferencia es que el partido acabó 1-0 porque el
Sevilla la metió y el Betis también, pero se anuló. Si los béticos están
furiosos se les entiende. Intento entender también a los sevillistas que hablan
de los penaltis en los córners, pero esto es más complicado cuando contra su
eterno rival se acuerdan de eso pero contra el Eibar (por ejemplo) no.
Pretendía el árbitro que el partido no se le fuese de las
manos y más o menos lo consiguió. Prueba de ella es esa amarilla a Petros a los
diez segundos cuando la gente todavía ni se había quitado la bufanda para
espolearla. El árbitro controló la cosa más o menos pero a la calle pudieron
irse varios: Bruno, Nasri, Pezzella… Fue
un partido malo en cuya primera mitad hubo más tensión que fútbol, donde
ocasiones hubo pocas y faltas y mini-tanganas muchas.
En la segunda parte los de Nervión salieron a mandar gracias
especialmente a Mariano, que viendo lo poco que atacaba su rival y que Rubén
Castro no bajaba a defender comenzó a subir forzando un par de saques de
esquina. Unos minutos más tarde el Sevilla marcó gracias a Mercado y a la
defensa de Bruno, que se vio superado y fuera del partido en todo momento. Tras
el gol estaba el Betis k.o, noqueado, con esa sensación de otros años. Atacaba
tan poco que se veía venir otro ciclón. Pero consiguió hilar un par de jugadas
y en una de ellas marcó el Betis pero el árbitro anuló la Alegría de los
verdiblancos. Siempre nos quedará la duda de saber qué habría pasado con el
1-1: ¿habría reaccionado el Sevilla o habría comenzado a mandar el Betis? A
partir de ahí el Betis fue para arriba y tuvo un par de ocasiones más, un par
de tiros de Rubén Castro, y el Sevilla se echó hacia atrás pero sin perder de
vista a Adán como en ese tiro del Mudo que se fue por poco.
Tiene razón Poyet quejándose del colegiado, pero también hay
que recordarle que el Betis tardó una hora en enterarse que el fútbol consiste
en meter el balón en la otra portería y no que la tuya siempre se quede a cero.
Poyet logró que sus pupilos pusieran garra, intensidad y hasta ese punto de agresividad,
pero no consiguió combinación (el partido de Dani Ceballos es simplemente
patético, Musonda debió entrar mucho antes y Donk debutó de mediocentro
emulando a Ndiaye) ni peligro. Por su parte Sampaoli debería revisar el partido
pues cree que su equipo fue muy superior creando siete u ocho ocasiones claras
ante la portería de Adán (?)
Lo dicho, un 0-0 que debió acabar 1-1.
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