La semana pasada, para
justificarme algo que no tenía sentido por ninguna parte, una persona usó la
siguiente frase para referirse a mi queja por el sin-sentido producido: “Ya,
pero esto es así, ¿qué le vamos a hacer?” cuando evidentemente, se podría,
se puede y se podrá hacer mucho más.
Esa frase tan sonante a
resignación me recordó a las declaraciones del corrupto Carlos Fabra hace unas
semanas cuando en mitad del ciclón PSOE que acabó con la carrera de Pedro
Sánchez aseguró que “él no veía ni ‘la cuatro’, ni ‘la sexta’” y que sin
embargo él era muy feliz de la vida. Joder, como para no serlo cuando te has hartado
de robar. Y quien no lo comprenda, está claro que “no han entendido nada”.
Como dicen los padres, hay que
comer de todo, te guste o no. Y a mí lo mismo me pasa con muchas cosas en la
vida. Me gusta leer opiniones distintas a las mías, me gusta leer/escuchar/ver
medios de comunicación de todo tipo de ideologías porque teniendo un poco de
todo es donde vamos a ser capaces de tener una opinión fuerte y mediada. Y
porque para escribir de algo que no te agrada es necesario verlo/leerlo/oírlo,
no vale la pena quejarte sin saber de qué te estás quejando.
Volviendo a la primera frase,
supongo que esa persona no querrá que hagamos nada contra temas como la propia
corrupción, los desahucios o la violencia de género, ¿no? Porque claro, para
qué vamos a hacer nada si “esto es así”, si el tener todavía más de tres
millones y medio de parado es por la gracia de Dios, si que existan personajes
en la política como Donald Trump es por culpa de la naturaleza o que los
refugiados estén viviendo un calvario ya es directamente culpa de ellos por
haber nacido allí.
Reconozco que tengo la misma
facilidad para creer en imposibles que para dejar de crear en ellos. Pero sí
creo con mucha fuerza en que no hay nada más potente que la voz del pueblo. Y
personalmente yo, mientras pueda hacer algo por cambiar las cosas y por acabar
con las injusticias que día a día se producen, todos vemos y callamos porque al
final más de uno acaba creyéndose que eso lo ha producido el destino, yo estoy
dispuesto a hacerlo. Quien quiera hacerlo conmigo que lo haga, pero que nadie
luego diga: “pero esto es así, ¿qué le vamos a hacer?” cuando el perjudicado
sea él o ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario