miércoles, 30 de noviembre de 2016

No seas mi límite

Para Teoría del Periodismo teníamos que escoger un tema para hacer un blog y un reportaje. El tema escogido fue el tema de los discapacitados tras discutirlo un poco. Decidimos plantear el blog hablando con dos asociaciones muy famosas a nivel nacional. Al ser seis persones, decidimos que tres personas se encargarían de una, y tres de otra.

En nuestra asociación fui yo quien contactó por Facebook con esa asociación y un par de días más tarde me respondió su responsable de comunicación en Andalucía pidiendo mi número el cual se lo di con la esperanza de que me llamase pronto. Esperanza que se quedó en eso, en esperanza. Ante las prisas que ya nos empezaban a entrar, otra persona llamó al número que aparecía en Internet, y tras mil vueltas e idas y venidas dimos con el correo electrónico. ¿De quién? Del responsable regional de esa asociación. Con lo cual acordamos que fuese yo quien le mandase el correo. Y esta vez sí, la respuesta fue inmediata.

Llevo preguntándome tiempo que por qué a unos simples estudiantes de periodismo nos ponen las cosas tan difíciles cuando queremos solo ayudar. Quizás, como dice mi padre, sea porque “esos sitios no necesitan ayuda”, pero a pesar de ello no lo entiendo, y me cuesta mucho entenderlo. Los errores que hemos cometido dentro del grupo son muchos, como en todos los grupos supongo, pero estos sitios están para facilitar las cosas, no para dificultarlas.


Lo más gracioso del caso, es que el eslogan de la última campaña de esta fundación se titula “No seas mi límite”. Digo gracioso, cuando ellos están siendo nuestro límite.

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