Para Teoría del Periodismo teníamos que escoger un tema para
hacer un blog y un reportaje. El tema escogido fue el tema de los
discapacitados tras discutirlo un poco. Decidimos plantear el blog hablando con
dos asociaciones muy famosas a nivel nacional. Al ser seis persones, decidimos
que tres personas se encargarían de una, y tres de otra.
En nuestra asociación fui yo quien contactó por Facebook con
esa asociación y un par de días más tarde me respondió su responsable de
comunicación en Andalucía pidiendo mi número el cual se lo di con la esperanza
de que me llamase pronto. Esperanza que se quedó en eso, en esperanza. Ante las
prisas que ya nos empezaban a entrar, otra persona llamó al número que aparecía
en Internet, y tras mil vueltas e idas y venidas dimos con el correo
electrónico. ¿De quién? Del responsable regional de esa asociación. Con lo cual
acordamos que fuese yo quien le mandase el correo. Y esta vez sí, la respuesta
fue inmediata.
Llevo preguntándome tiempo que por qué a unos simples
estudiantes de periodismo nos ponen las cosas tan difíciles cuando queremos
solo ayudar. Quizás, como dice mi padre, sea porque “esos sitios no necesitan
ayuda”, pero a pesar de ello no lo entiendo, y me cuesta mucho entenderlo. Los
errores que hemos cometido dentro del grupo son muchos, como en todos los
grupos supongo, pero estos sitios están para facilitar las cosas, no para
dificultarlas.
Lo más gracioso del caso, es que el eslogan de la última
campaña de esta fundación se titula “No seas mi límite”. Digo gracioso, cuando
ellos están siendo nuestro límite.
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